Este tipo de vidrio es el resultado de aplicar sobre una de las caras del vidrio plano un esmalte con motivos decorativos, posteriormente templado y vitrificado, obteniendo un producto acabado, compacto y uniforme, de gran durabilidad y resistencia.

El vidrio serigrafiado está especialmente indicado para la personalización de fachadas, edificios, escaparates, etc., cuidando al máximo la estética y el diseño sin olvidarnos de las demás prestaciones del vidrio, destacando entre ellas el control luminoso y solar que puede ofrecernos.